Observatorio de Paisaje 1

Viaje a la América del Sur.




Bogotá, 18 de junio de 2018.
Observatorio de Paisaje.
María Cecilia Galindo Oñate.


Nuestro viaje tenía como objetivo conocer un poco de nuestro territorio, reconocer que en este hay espacios que no hemos recorrido y que deberían, o quizás podrían permitirnos alimentar la creación de relatos visuales.
Hace ya 3 años de mi primera visita a Buenos Aires, y conservo de esa ciudad gratos recuerdos, pero su perfil ha empezado a desdibujarse de mi memoria. Por mi parte estoy feliz de regresar, y viajar en compañía de mi hijo, este hecho de viajar los dos, hace que el reencuentro con sus calles, su puerto y su paisaje tenga ahora otro sabor, eso imaginé. Y el viaje fue exactamente un deleite en todos los aspectos.

En estos días tenemos el alma arrugada y triste, mi querida Tuchi, la abuelita paterna de mi hijo se ha ido, ella, que es una imagen ahora, fue la columna vertebral de nuestros años juntos en Bogotá. Ahora, viajamos y en todo momento esta ella presente, por su forma de vivir, por las opiniones que tenía respecto a América del Sur, por su agradable manera de compartir sus recuerdos.

La ruta que diseñamos antes de partir era esta: Bogotá, 18 de junio, 12 de la noche a Buenos Aires, 19 de junio,viajaríamos en avión, sin escalas. Sin embargo,  sí tuvimos escala en Santiago de Chile. Llegamos de madrugada, vimos despertar el día.  El aeropuerto de Santiago, en pleno inicio de invierno fue encantador para nosotros, toda la Cordillera estaba nevada, y los árboles y laderas contiguas a las pistas de aterrizaje tenían esa tonalidades del frío que no son comunes en nuestra ciudad.

Estuvimos dibujando y describiendo el paisaje desde la ventana que tenía un restaurante con un menú delicioso, en el Aeropuerto "     " de Santiago de Chile.



Observatorio de paisaje, la ruta 45, Camino al mar de mi infancia.


Bogotá, 19 de diciembre de 2018.
Observatorio de paisaje 1
Maria Cecilia Galindo Oñate

Hay un camino que me lleva al descubrimiento de mis emociones, ese es el camino de la infancia que viví en Sevilla, en el Prado Sevilla, a las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta en el Departamento del Magdalena - Colombia.

Hace 8 años que no voy al mar, es decir que no estoy sumergida en el agua dulce y salada del mar de la Costa Atlántica de mi país, y esa carencia de piso hace que mi vejez sea un continuo añorar los cambios, las sensaciones y posibilidades que la imaginación me brindo cuando tenía menos de 42 años.

Crear el Observatorio de paisaje ha sido un descanso. Desde que dibujé la ciudad desde los puentes de la Carrera 30 "Norte Quito Sur", en las mañanas del mes de agosto de 2016, descubrí que tanto el dibujo como la pintura del lugar donde estoy presente, reconfortan la necesidad que tengo de conocer el mundo. En este viaje, voy a descansar, a desconectarme del Facebook, del Whatsapp, de Twitter y me voy a sumergir en mi. Desde adentro empezaré la revisión de mis relaciones con el paisaje, cómo aprendí a verlo, apreciarlo y crearlo. Vivir en una ciudad como Bogotá tiene un cierto valor practico, el frío conserva mejor los alimentos, la industria y el comercio de esta ciudad, permiten que uno pueda avanzar en la búsqueda de algunos recursos necesarios para apoyar sus ideas creativas, sin embargo tiene otros aspectos que no son ni prácticos, ni de fomento. En estos últimos encuentro que el medio ambiente ha sido afectado. El paisaje industrial de Bogotá ha ahogado al siempre necesario paisaje  sabanero.

Al pensar en el concepto de "Paisaje" desde mis recorridos a pie por la ciudad de Bogotá,  he descubierto una geografía física que se enriquece en la medida que las máquinas y el movimiento  se alejan, al tiempo que las ciudad se queda tras de mi. Cuando subo a los cerros o cuando me interno en las laderas lejanas. Qué me permite éste explorar? ¿Qué  elementos visuales puedo reproducir en imágenes instantáneas y qué de ellas pueden ser el sustento de mi trabajo con el color? Qué define a Bogotá cuando la debo recordar, cuando no estoy viviendo en ella, cuando no puedo verla desde mi ventan?

Alisto mis maletas, en ellas van papeles, lápices, acuarelas y vinilo blanco, el libro del pintor que ahora descubro en Bogotá,  Ricardo Moros Urbina Imágenes de una Bogotá en cambio, (Alcaldía Mayor de Bogotá), el libro del explorador que admiro, Alexander von Humboldt, Humboldt
l´explorateur, (Gallimar) un atlas, una app de georreferenciación para ubicar las estrellas, un compás y un transportador.  Un documento a revisar que me regalo Caroline, Révéler et mettre en scène le paysage des metropoles, (Les ateliers), el Manual de arte del siglo XIX en Colombia, aportes paralelos sobre arte europeo, (UniAndes), La Etnografía, método, campo y reflexividad (Siglo XXI) y finalmente La imagen de la ciudad. Estrategias de identidad, (U Barcelona).

Empieza nuestro viaje, con nuestra primera visita a la ciudad de Guaduas, Oh imaginación portentosa, veo a Don José María Samper Brush, viajando con su familia, con su hija  a tierras cálidas para aliviar el reuma. Lo veo caminar, observando su reloj y pensando en como reparar el hospital de Villeta. Sólo es la imaginación, por que allí sólo vimos la imagen de la Pola en un pedestal. Y el paisaje del billete de 10.000 pesos que retrata la arquitectura de esta población, sus gentes y una cabra.


Paisaje de la máquina, paisaje posterior.


Bogotá 19 de enero de 2019
Observatorio de Paisaje
María Cecilia Galindo Oñate



Estos días, de retorno a casa, después de estar ausente por unos 20 días,  han puesto ante mis ojos cualidades y calidades del color de Bogotá. Han sido noches con eclipse de Luna, días con sol estridente.

Somos gente de montaña, el frío marca nuestras vestimentas que nos envuelven totalmente. Las bibliotecas y los salones de clase vuelven a ser parte de mi vida cotidiana. La calle para caminar y pensar en las acciones no hechas, las calles para ver el paisaje urbano.

Pienso ahora, la casa merece un mejor atuendo y yo debo volver al color.



6 de Agosto de 2017 


Bogotá 6 de agosto

Un video del teléfono