ACTIVIDAD: calidad de activo, facultad de obrar.
Sócrates alaba el ocio como la riqueza más bella.
Diógenes Laercio.
El ocio es la más grande y bella conquista del hombre.
Remy de Gourmont.
Sucede a veces que al estar haciendo algo, nos sorprende de repente
una sensación que nos invita a permitirle a la fantasía surgir y nos lleva a disfrutar de un tiempo libre, por fuera de las obligaciones y ocupaciones habituales.
Este rato de ocio que aparece al detener el tiempo, olvidando la urgencia del hacer, nos hace percibir, como por primera vez, las cosas que nos rodean reconociendo en su apariencia cotidiana una serenidad exquisita ya sea en sonidos, aromas, texturas, sabores o en colores; sentimos la certeza de empezar a descubrir con la mirada el espacio que nos rodea.
El lugar donde habitamos se convierte entonces en un sitio donde podemos descubrir las formas de las cosas que empiezan a existir aunque siempre han estado allí, pues adquieren un significado particular, en este tiempo de ocio que rápidamente dejamos pasar.
Cuando no hay nada por hacer, ni asuntos por cumplir, nos dedicamos a nosotros, a pensar en nuestro mundo íntimo, en nuestra familia, en la delicia de estar junto a ellos y consentir que existan esos instantes de ocio, tan importantes.